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326. Viernes, 7 Mayo, 2004
Capítulo Tricentésimo vigésimo sexto: ¿ Por qué casi todos apuntamos en la agenda los favores que nos deben pero tan pocos apuntan los recibidos?
Empezó perdiendo la memoria y se angustiaba, le dijeron que tenía una depresión; Era consciente de que algo pasaba y de nada le servía intentar aparentar una normalidad que se notaba un poco más rota cada día, sumergiéndose, por la progresiva pérdida de memoria, en un lento y crudo "desaprendizaje", que lo llevaba de regreso a la infancia.
Empezó a cambiar su humor, y a necesitar ayuda para lo más cotidiano. El razonamiento, el lenguaje, el reconocer percepciones y la capacidad para llevar a cabo lo habitual del día, iba sufriendo cada vez mayor retroceso, y la conducta, más frecuentes trastornos.
Los recuerdos se esfumaban y sentía cómo su identidad se iba con ellos. Se resistió a pedir ayuda hasta que todo se desvaneció.
La memoria es como el disco duro de la identidad donde se almacenan todos los recuerdos y a él, el disco duro, se le empezaba a borrar de forma inexorable.
Durante doce años su mujer no se separó de su lado ni un solo minuto, el afecto es hoy por hoy el único remedio, se hinchaba de tocarlo, de besarlo, de acariciarle el pelo, de hablarle, de agarrarle la mano, él no sabía lo que le decía pero sabía cómo se lo decía. Aún conservaba, y conservó siempre, esa inteligencia emocional que, a pesar de todo, mantenía intacta como si fuera un bebe.
En 1907, el psiquiatra alemán Alois Alzheimer describió la enfermedad que lleva su apellido, una enfermedad que es un brutal peaje que la sociedad paga por conseguir que sus hombres y sus mujeres vivan más años, una enfermedad de dos personas siempre: el que lo tiene y el que lo cuida.
Ella, mi madre, vivió durante doce años sólo para cuidarlo a él, mi padre, decía que nadie lo iba a hacer mejor a pesar de que su única "recompensa" era ver como la memoria de él se disolvía, hasta que ni tan siquiera podía reconocerla.
325. Jueves, 6 Mayo 2004
Capítulo Tricentésimo vigésimo quinto: ¿Por qué cuando un hombre se levanta para hablar, la gente escucha y luego mira, pero cuando se levanta una mujer, miran y luego, si les gusta lo que ven, escuchan?
Avanzar, innovar... En las cosas del sexo, como en casi todo, la rutina no suele ser buena compañera de viaje.
Siempre viene bien estar al tanto de las "últimas" modas, luego uno podrá o no ponerlas en práctica, pero como " sugerencias", nunca están de más.
Lo cuenta Deborah Ombres, la diva-presentadora de la MTV, en una revista para machos-machos, como la última técnica que ahora mismo esta de moda en los prostíbulos italianos, es textual:
"Te metes en una bañera de espuma y, cuando está erecto, te colocan en el glande hormigas que, como huyen del agua, hacen cosquillas en la punta del pene".
Espero ansioso que alguien lo pruebe y nos cuente más detalles sobre tan "particular" técnica, mientras tanto yo creo que esperaré para poner en marcha este "invento", por los pobres animalitos más que nada.
324. Miércoles, 5 Mayo 2004
Capítulo Tricentésimo vigésimo cuarto: ¿De qué hablan en los ascensores en los países donde nunca llueve?
Resulta que sí, que científicamente existe, tiene su nombre:"neurosis de destino", y hasta su propia definición".. una forma de vida caracterizada por el retorno periódico de una serie de hechos desgraciados a los que parece hallarse sometida una persona como si la fatalidad le persiguiera".
Yo pensando que lo de los "gafes" era un invento de los pesimistas para justificarse, y ahora resulta que es un tipo de neurosis en la que, si quieres, hasta te puedes coger una baja.
Hay gente que se pasa la vida de desgracia en desgracia y no logra levantar cabeza ni cuando se muere, ejemplos hay a patadas.
Año 2001, Josh Grant, estudiante neozelandés, va con su coche a toda velocidad por una carretera de montaña cuando choca violentamente contra un quitamiedos.
Resultado del accidente: el coche completamente destrozado pero él apenas unas cuantas magulladuras.
Mientras Josh espera a la grúa al borde de la carretera le entran ganas de mear y busca un sitio discreto entre los arbustos, se acerca sin darse cuenta de que esos mismos arbustos tapaban un barranco de más de cincuenta metros de alto.
Josh Grant, estudiante neozelandés muere en el impacto.
323. Martes, 4 Mayo 2004
Capítulo Tricentésimo vigésimo tercero: ¿Se puede soñar que se sueña?
Siempre he pensado que una de las únicas, sino la única, profesión que tiene el nombre bien puesto, aunque sólo sea por la manera tan descriptiva de "explicar" el trabajo que realiza quien la ejerce, es la de "tocólogo".
Y es que en estos tiempos donde todo cambia a tanta velocidad, la lengua no va a ser menos y hasta las palabras que hemos usado siempre para denominar profesiones de toda la vida, ahora resultan que también quieren tener su evolución para estar al cabo de los nuevos tiempos tecnológicos.
Alex Grijelmo en su libro "El estilo del periodista" (Ed. Taurus) pone un buen ejemplo: "las prostitutas ahora se llaman masajistas; lo que ha obligado a las masajistas a llamarse fisioterapeutas y esto a su vez ha hecho que los "fisios" se pongan el nombre de digitopuntores. ¿Acabarán siendo estos últimos "tocadores", a secas?." Tiempo al tiempo.
La verdad es que con estas cosas de modificar, aunque solo sea una letra, el lenguaje hay que andar con cuidado, tenía yo un amigo que a la menor oportunidad preguntaba a cualquiera que quisiera oírle si sabía como se llamaba ese simbolito curvo que lleva la letra "eñe" y que le da rango de exclusividad frente a su hermana la "ene".
Muy ufano él y ante el desconocimiento general a la pregunta, tomaba aires de suficiencia y decía "pues se denomina "verguilla". Y así se mantuvo hasta que un día alguien le aclaró que estaba confundiéndo y que el nombre correcto era " virgulilla".
De todas formas él nunca se ha apeado del burro, sostiene que, diga lo que diga el diccionario, el nombre que mejor le va al del simbolito en cuestión es el de "verguilla", y que cada día se lo demuestra a él mismo comprobando, y varias veces, el gran parecido que existe entre la "vergilla" de las "eñes" y la suya propia.
322. Lunes, 3 Mayo 2004
Capítulo Tricentésimo vigésimo segundo: ¿Por qué todas las fiestas patronales parecen cortadas por el mismo "patrón"?
Ya está, solucionado, no hace falta volver a preguntar aquello de "estudias o trabajas" para que te cuente como de bien está situado el ligue de turno, simplemente dile que te mande un SMS, y podrás saberlo por ti mismo.
Resulta que existe un estudio que es capaz de establecer una relación entre la forma de escribir los mensajitos cortos del teléfono móvil y la profesión que uno ejerce o pretende ejercer.
Una consultora, Woolworths, que no debe de tener muchos clientes para "consultar" ha hecho un informe donde llegan a la conclusión de que existen importantes coincidencias en la forma en que las personas de una misma profesión, escriben los mensajes que se envían con el móvil.
El estudio identifica cuatro grandes grupos dentro de distintos sectores profesionales:
El de los "creativos", aquellos que experimentan con el móvil y lo personalizan al máximo. Sus mensajes suelen estar llenos de giros y suelen combinar mayúsculas y minúsculas. Sería el grupo de los diseñadores, actores y artistas en general.
El de los "controladores", utilizan generalmente las mayúsculas y suelen enviar los mensajes más cortos. Aquí estarían militares, abogados y similares.
El de los "facilitadores", que se caracterizan por mantener los teléfonos sin sonido para no molestar y por usar patrones de palabras del texto "predictivo" ya establecidos en el aparato. Aquí estarían enfermeras, médicos, psicólogos, o asistentes sociales.
Y el de los "malabaristas", aquellos que combinan mayúsculas y minúsculas en los textos y que generalmente trabajan de funcionarios, administrativos y profesores.
Quién sabe, a lo mejor hasta tienen alguna razón.. por probar que no quede, y si no es más que un " farol", por lo menos sirve de disculpa para pedir el número del teléfono.
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